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martes, 13 de marzo de 2018

XXIX Cineforum SoMaMFyC "Mandarinas"


El Grupo Comunicación y Salud de la SoMaMFyC tiene el gusto de invitaros a su próximo cineforum, que se celebrará el día 22 de marzo, a las 16,00 horas en la sede de la Sociedad (C/Fuencarral nº 18-1º D).En este encuentro, se proyectará y comentará la película “Mandarinas” del director Zaza Urushadze. Al igual que los anteriores cineforum, éste será coordinado por el Dr. Alberto López García-Franco, que nos adjunta una breve reseña, y la Dra. Concha Álvarez Herrero.



Ambientada en el año 1990, a raíz de la guerra de independencia de Georgia, Ivo, un estonio que decide quedarse en su casa, en su tierra, para ayudar a su amigo Marcus con la cosecha de mandarinas, soporta las incursiones de las milicias beligerantes que pugnan por apropiarse del territorio. El avispero de las antiguas repúblicas soviéticas, tan lleno de conflictos territoriales, de luchas étnicas, de intereses geopolíticos, es el marco en el que se desarrolla esta película de clara vocación antimilitarista, en la que su director Zaza Urushadze, quiere plasmar su postura crítica frente a los nacionalismos. La película es una denuncia contra la intolerancia, una llamada a la cordura frente al fanatismo, y una reivindicación del ser humano ante las fronteras, tantas veces artificiales, ante las lindes en tantas ocasiones impuestas.


La región de los Cárpatos, en la que se desarrolla la acción es una zona históricamente inestable, con un pasado persa, otomano y ruso, cuyo contacto con otras culturas no se vive como acrisolado acervo cultural, sino como amenaza y conflicto identitario. En el periodo en el que se desarrolla la película conviven tres estados independientes: Georgia, Armenia y Azerbaiyán y siete repúblicas autónomas dentro de la Federación Rusa (Chechenia, Osetia del Norte, Ingusetia, Kabardino-Balkaria, Karacháevo-Cherkesia, Adiguesia y Daguestán). Es la minoría abjasia, que lleva más de 150 años en la región, la que reclama su independencia del nuevo estado Georgiano. Nuestro héroe, lo que reclama es su pervivencia en esa tierra amiga que se empeñan en arrebatarle. Demasiadas razones para el odio, demasiado desnivelada la batalla que enfrenta el apego por su tierra de Ivo con el fanatismo patrio de insurgentes, mercenarios, doctrinarios e ideólogos. Las mandarinas sirven de símbolo del apego a una tierra que considera tan suya como del resto de la humanidad. De un paisaje que no entiende de luchas historicistas entre estonios, georgianos y chechenos
             ¿quén podría decir que es suyo  el viento,
            suya la luz, el canto de las aves  
            en el que esplende la estación, más cuando
            llega la noche y en los chopos arde
            tan peligrosamente retenida?
                                                           Claudio Rodriguez.

Su director Zaza Urushadze no toma partido por ninguno de los bandos. Ivo recoge a dos soldados que han sido heridos en las proximidades de su casa: un mercenario musulmán checheno (proruso) y un soldado Georgiano separatista. El conflicto está perfectamente resuelto gracias a la templanza y contundencia ética de Ivo: “nadie está autorizado a matar a su prójimo”, les dice. A medida que los heridos van recuperándose de sus lesiones, aumenta el riesgo de que se ataquen, pero también aumenta la identificación “del otro” como ser humano, y poco a poco los enemigos se impregnan del espíritu ejemplificador de nuestro héroe. De su generosidad y de su capacidad de perdonar, él, que ha perdido a un hijo en la guerra y que todavía persiste en su empeño de creer en el ser humano. La tregua de hostilidades que impone Ivo en su casa, da pie a un oasis de hospitalidades y de convivencia. La convivencia en ese pequeño espacio que es su casa, está llena de gestos, de atenciones, de silencios. No hay grandes parlamentos, los diálogos son concisos, tan solo actitudes que hermanan, que abrazan, que desactivan odios ciegos. Tan sólo preocupación por los hombres y por las cosechas.


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